Los grupos opositores al gobierno libio combatieron por tomar una ventaja militar y diplomática en contra del asediado régimen de Muamar Gadafi, adquiriendo el reconocimiento oficial de Francia y golpeando a las fuerzas leales al gobierno con armamento pesado en su marcha a la capital. Los embates de la oposición suceden mientras que la Cruz Roja Internacional denuncia un incremento dramático en el número de víctimas, en su mayoría civiles. Francia se convirtió en el primer país en reconocer formalmente al recién creado Consejo de Gobierno Interino, y planea intercambiar embajadores, luego de que el presidente Nicolas Sarkozy se reuniera con dos representantes de los rebeldes. Los combates se intensificaron en los principales frentes de batalla de Ras Lanuf y Bin Jawwad, donde al parecer los rebeldes han establecido un mejor canal de abastecimiento por el que han trasladado armamento pesado.