Quito, 10 mar (EFE).- Los cancilleres de la Unasur analizarán en su reunión del viernes en Quito la posibilidad de que la excanciller colombiana María Emma Mejía y el ministro de Electricidad de Venezuela, Alí Rodríguez, cumplan un año cada uno como secretario general de la organización, según el Gobierno de Ecuador.
El arreglo sería una solución a la falta de un candidato que suscite un respaldo generalizado entre los países miembros para reemplazar al fallecido Néstor Kirchner, expresidente de Argentina.
La propuesta de compartir un mandato ha partido de las propias cancillerías de Colombia y Venezuela, lo que le da más peso, según dijo a Efe Kintto Lucas, vicecanciller de Ecuador.
«Por surgir de ellos tiene mucha importancia, porque justamente los otros países de alguna forma lo ven con buenos ojos», explicó el funcionario, quien valoró que Colombia y Venezuela, «que en determinado momento tenían ciertos problemas», se sentaran a conversar sobre el asunto.
En la última cumbre de la Unasur, que se celebró en Guyana en noviembre, los presidentes de los países miembros decidieron que el mandato del nuevo secretario general sea de dos años y que en principio no pueda ser reelegido.
Según la propuesta sobre la mesa, Venezuela y Colombia se dividirían ese período de dos años, explicó Lucas.
El viceministro enfatizó que la idea es preliminar y que no se ha constatado aun si cuenta con un respaldo general.
«Hay que ver hasta dónde todos los países están de acuerdo en una opción así, eso tiene que conversarse. Se verá el viernes», dijo.
En todo caso, los cancilleres no elegirán al nuevo secretario general ese día, pues para ello se requiere una cumbre presidencial, según fuentes del ministerio de asuntos exteriores de Ecuador.
El sucesor de Kirchner tendrá mayor capacidad operativa que el expresidente argentino, pues la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) cobrará vida jurídica el viernes, lo que le permitirá contar con presupuesto, personal y oficinas.
Hasta ahora la organización había operado como un ente político, que medió entre Venezuela y Colombia, así como en el conflicto político interno en Bolivia, pero era incapaz de mantener una cuenta bancaria, lo que dificultó, por ejemplo, el envío de ayuda de forma colectiva a Haití.
Los gastos de Kirchner en su calidad de secretario general de la Unasur los asumió el Gobierno argentino, mientras que todos los costos asociados con las operaciones de la presidencia rotativa los pagaba el país que estaba a cargo.
Esa factura resultaba alta para países pequeños como Ecuador y como el presidente actual, Guyana.
Una de las primeras labores del nuevo secretario general será presentar un presupuesto a los países miembros, que tendrán que definir cómo serán las aportaciones de cada uno de ellos.
Según Lucas, esa persona trabajará desde unas oficinas temporales que el Gobierno de Ecuador está preparando en Quito, mientras se construye la sede permanente, que se prevé que esté terminada el próximo año.
El viernes los cancilleres colocarán la primera piedra de ese edificio, que se levantará en el municipio de Mitad del Mundo, a poca distancia de la línea del ecuador.
El Gobierno ecuatoriano, que ha sido uno de los promotores más entusiastas de la organización, pagará las obras por la importancia de tener la sede de la Unasur en su territorio.
Ecuador cree que esos cimientos reforzarán el papel de la entidad como motor de la integración sudamericana.
Lucas manifestó que la organización, que hasta ahora se ha ocupado principalmente de temas políticos y de defensa, podrá crecer en asuntos como la educación, la ciencia, las infraestructuras y la economía en general.
«Sin vida jurídica estructurar proyectos conjuntos de infraestructura era medio difícil», dijo el vicecanciller.
Mañana eso cambiará con la entrada en vigor del tratado constitutivo de la Unasur, después de que Uruguay se convirtiera en el noveno país en ratificarlo.
Eso le dotará de una «partida de nacimiento» con la que la organización y su futuro secretario general podrán hablar de igual a igual a instituciones internacionales más añejas. EFE