EFE.- Tras eliminar al Arsenal londinense, el Barcelona ha vuelto a subirse por cuarta temporada consecutiva al carro de los cuartos de final de la ‘Champions’, en una competición en la que en los dos últimos años ha conseguido el título (2009) y alcanzado las semifinales (2010).
Frente al Arsenal, y después del susto de la ida en el ‘Emirates’ (2-1 para los ‘gunners’), el Barcelona ofreció en la vuelta un repertorio de sus posibilidades. En un partido en el que Arsène Wenger se quejó por la expulsión de Robin van Persie en el minuto 55, las estadísticas desnudaron al Arsenal.
Diecinueve remates de los azulgranas, diez entre los tres palos, por ninguno del Arsenal; 68 por ciento de posesión contra 32, 724 pases completados por 199. Un resumen demoledor para un argumento tan peregrino.
El único pero en la actuación del Barça radica en la falta de acierto, que lo condenó en la ida y lo lastró en la vuelta hasta el punto que tuvo que sufrir hasta el final frente a un rival que no remató a puerta, pero que estuvo a punto de marcar el segundo gol, en una acción que evitó Javier Mascherano sobre Bendtner en el último minuto.
La clasificación para cuartos de final demuestra el momento de los azulgranas, que desde la llegada al banquillo de Pep Guardiola siempre han estado en disposición de conquistar el título continental.
Los barcelonistas lo ganaron en la temporada 2008-09, ese título y todos los que se disputaron. En el segundo año de Guardiola, el Inter de Milán fue el que frenó al Barça en las semifinales, después de una convulsa eliminatoria con un 3-1 para los italianos en la ida y un mínimo 1-0 en la vuelta.
Desde la temporada 2005-06, en la que el Barcelona conquistó la ‘Champions’, los azulgranas sólo han fallado una vez en Europa. En la temporada siguiente, el equipo de Frank Rijkaard cayó eliminado en octavos de final ante el Liverpool, pero después su racha demuestra que está instalado en la elite europea desde hace unas cuantas temporadas.
En la campaña 2007-08, el Manchester United fue el que dejó al Barça con la miel en los labios en semifinales; aunque se resarció en la temporada siguiente con el título conquistado en Roma.
Los azulgranas esperan rival en el sorteo del próximo 18 de marzo y sólo conocen a uno de los siete posibles rivales, el Shakhtar Donetks ucraniano, el equipo que recompró este verano a Dmitro Chigrinskyi.
El enfrentamiento ante el Arsenal también le ha servido al Barcelona para poner a prueba el carácter agonístico del equipo de Guardiola, pero no sólo eso.
Emocionalmente, el retorno de Cesc Fàbregas ha dejado sensaciones encontradas. El eterno aspirante a vestir la camiseta con el número cuatro del Barça, no tuvo una noche feliz en el Camp Nou.
No es que sucumbiera al escenario, sino que sufrió como nunca. Recién salido de una lesión muscular, Cesc dijo después del partido que a partir del minuto 15 no se sintió bien.
«Es uno de los peores momentos de mi vida. Me siento el culpable del resultado. Lo lamento», dijo Cesc en su ‘twitter’. El medio fue silbado cuando fue sustituido por Bendtner a doce minutos del final.
Cesc volverá a ser el protagonista del ‘culebrón’ del verano. El Barça centrará los esfuerzos en su contratación y el centrocampista, después de la eliminatoria, tendrá aún más claro su próximo destino.
El capitán de los ‘gunners’ sucumbió a la tiranía del balón del Barça. Apenas participó en el juego (31 pases en 78 minutos) y se cansó de correr tras el balón (10 kilómetros en ese tiempo). Al final su equipo fue eliminado y él, en su vuelta al Camp Nou, vio cómo fue silbado en el Camp Nou en presencia de su familia. Una mala noche. EFE.