La crisis hospitalaria ya cumple su plazo y poco o nada se ha superado, desde que se declaró la emergencia. Autoridades hospitalarias y de Salud Pública se echan la culpa mutuamente en la muerte de los nueve neonatos en el Hospital Alfredo Ycaza Bustamante de Guayaquil. Hasta ahora, casi todos los problemas se estancan en la búsqueda de culpables más que en las posibles soluciones. Hasta ahora no se han visto planes específicos para cada área de salud, ni de contingencia, ni de mejoras. Por ahí se han inaugurado dos o tres casas de salud, pero no resultan suficientes para la demanda nacional de pacientes. Ahora hay 10 vidas menos en Loja y aunque no se definen aún las causas de las muertes, se podrían deducir, ya que este deficiente sistema sanitario no avanza. Aún así los que pagan los platos rotos son los que menos tienen la culpa. Mujeres, hombres y niños, que en busca de atención médica solo evidencian una realidad bastante alejada de lo que se muestra en las publicidades gubernamentales.