Muamar el Gadafi encargó al responsable del servicio secreto en el exterior, Buzid Durda, que dialogue con los dirigentes rebeldes. El régimen está regalando 500 dinares (unos 300 euros) a las familias de la capital en lo que parece un desesperado intento de comprar unas horas de apoyo y de apaciguar el fervor de los descontentos. Muchos tripolinos han hecho largas colas en los bancos de la capital para cobrar el ‘bono de la paz’. Las ofertas de dinero a los insurgentes fueron denunciadas por el grupo de opositores que tomó el centro de la ciudad. Además, decenas de tribus afines a Gadafi se acercan a la capital para expresar su apoyo. Los simpatizantes llevan grandes cantidades de armamento y se teme una guerra entre la población libia. Por su parte, la Unión Europea aprobó un paquete de sanciones contra el líder libio y su administración, incluyendo un embargo de armas y prohibiciones de viajes al bloque. Los Estados de la Unión Europea también dijeron que congelarían los activos de Gaddafi, su familia y sus aliados en el Gobierno, y prohibirían la venta de equipos antimotines que puedan ser usados contra manifestantes. La decisión fue aprobada en urgente reunión de ministros en Bruselas para expresar el apoyo de la comunidad internacional a los insurgentes que exigen la dimisión.
Pierde control de yacimientos
La Comisaría Europea de Energía informó que el régimen del coronel Muamar Gadafi perdió el control de los mayores yacimientos de petróleo de Libia. Éstos se encuentran ahora en las manos de las tribus y las fuerzas provisionales que tomaron el poder. En este marco, la Unión Europea decidió levantar la restricción a este sector para no afectar a la gente que no tiene nada que ver con el régimen.
Las exportaciones libias de gas y petróleo son grandes, aunque no representan la mayoría para la Unión Europea que aún cuenta con reservas.