Han sido muchas las idas y venidas en el tema Franklin Salas. No es ninguna novedad que el ‘Mago’ se sienta marginado. Desde la llegada de Bauza está metido en el freezer. En Liga no juega más.
El ‘Patón’ ha sido enfático en el tema de Salas. No lo necesita, porque tiene una supuesta abundancia de jugadores que cumplen la misma función que el devaluado ‘Mago’. Están Ezequiel González, ‘Chucho’ y Miller Bolaños.
Pero más allá de ese ramillete de opciones, está claro que el jugador nunca contó con el aval del técnico, pese a la reacción unánime de la tribuna que ha pedido en coro al delantero, en una muestra de la idolatría que gozó en otras horas. Nadie puede aseverar si faltó feeling en la relación, o si el jugador se ganó la antipatía por su manera de ser. Lo único cierto, es que en la era Bauza, siempre estuvo al borde del abismo. La última muestra fue el partido de presentación de la ‘U’ en la famosa ‘Noche Blanca’ ante el campeón colombiano Once Caldas, que justamente coincidió con la ‘última despedida’ de Franklin Salas, que por esas horas ya se sentía jugador del Kansas City, sin imaginarse siquiera, que su tour por Estados Unidos, terminaría provocándole una fuerte amargura, porque a la negativa del Kansas, se sumó la del Chivas USA, porque ‘El Mago’ simple y llanamente no interesaba para nada.
Antes de la citada ‘Noche Blanca’, Salitas se despachó en el complejo de la ‘U’ con munición gruesa dirigida abiertamente a Bauza, que había viajado a Rosario por la muerte de su padre. Su ayudante, Di Leo, que saltó a la cancha para dirigir ante los colombianos, no lo puso ni un minuto en la cancha, Olió a venganza, porque no le costaba nada, que el ‘Mago’ ingrese por algunos minutos y reciba la ofrenda final del ‘pueblo albo’, que lo pedía a gritos. Ahora en su vuelta inesperada tras el fallido intento de vincularse al balompié yanqui, la situación se complicó más. El ‘Patón’ se hace el loco, tratando de mirar para otro lado. Omite en público, referirse a los dardos vertidos por el ‘Mago’. Simplemente ratifica, que no entra en sus planes futbolísticos. Que no es nada personal. Mientras Salas reconoce que hay que respetar al Jefe, en una reflexión que llega a destiempo y que en verdad le ha costado su marginación de la primera plantilla. Ahora la directiva busca un club para ubicarlo. Es la triste despedida de un brillante jugador que fue castigado cruelmente por las lesiones y por su profundo ego. Se va por la puerta trasera.
Por: Raúl Cruz Molina