Bogotá, 20 feb (EFE).- El Gobierno del ahora ex presidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez apoyó en 2006 las investigaciones que las autoridades adelantaban sobre políticos vinculados con grupos paramilitares de extrema derecha, en un escándalo conocido en el país andino como «parapolítica».
Así lo revelan los primeros cables que Wikileaks ha difundido sobre Colombia y que comenzaron a ser publicados hoy por el periódico «El Espectador», que obtuvo unos 16.000 documentos diplomáticos que atañen al país.
Los cables, que recogen lo ocurrido en 2006 en el seno de la Administración Uribe Vélez, señalan lo expresado por el entonces Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, quien asegura que aquel apoyaba esas investigaciones pagando un costo político alto, toda vez que los afectados eran en su mayoría congresistas de partidos que formaban la coalición de gobierno.
Para Restrepo, la oposición podía explotar políticamente lo que estaba sucediendo, por lo que incluso le sugirió a Uribe que buscará un acuerdo con el Polo Democrático Alternativo (izquierda) y el partido Liberal para evitar daños institucionales.
Para Estados Unidos la situación que se vivía en Colombia a raíz del proceso con las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) era importante y por eso el embajador de la época, William B. Wood, enviaba a Washington constantes y amplios reportes.
En sus informes, Wood deja ver que el comisionado Restrepo expresaba su preocupación porque el proceso de negociación con las autodefensas pasaba por una crisis, derivada, entre otras cosas, del temor de que los jefes paramilitares no pudieran controlar a los mandos medios, con lo que se daría paso a nuevas organizaciones criminales, como efectivamente sucedió.
Los documentos a los que tuvo acceso «El Espectador» entregan detalles como que los entonces congresistas Mario Uribe (primo del presidente Uribe), Carlos Holguín y Luis Alfredo Ramos estaban preocupados porque se les podían revocar sus visas de entrada a Estados Unidos.
El cable asegura que Mario Uribe era el más preocupado porque tenía tres hijos en Estados Unidos, y detalla que presentó al embajador una misiva con los nombres de once candidatos en la que le llegó a preguntar a cuáles de ellos debería sacar de la lista de quienes lo apoyaban en sus aspiraciones políticas.
Mario Uribe incluso ofreció renunciar al Senado y a su carrera política si esa era la única manera de mantener la visa.
El año 2006 se cerró con reportes en los que se advierte que políticos de distintas vertientes manifestaron su preocupación porque los paramilitares buscaran, a través se asesinatos, lograr que políticamente se accediera a darles penas más bajas por sus crímenes.
entre las posibles víctimas estaban la entonces senadora Piedad Córdoba (opositora) y Gustavo Petro, del Polo Democrático.
En particular, según los documentos, Petro comentó que temía por un magnicidio que podría tener como objetivo o él o el presidente Uribe.
Por esa época, los reportes dan cuenta de que Uribe se reunió con el embajador Wood, a quien le expresó que si se lograba probar que los jefes paramilitares desmovilizados habían ordenado asesinatos, los iba a remover de Justicia y Paz, y transferir a cárceles y extraditarlos.
Wikileaks cedió los cables al diario «El Espectador» luego de que personas de ese portal contactaran telefónicamente al director del medio, Fidel Cano, quien se entrevistó con el creador de ese portal, Julian Assange, en las afueras de Londres.
Indicó que en esa reunión firmó el contrato en el que se especifica que no habrá retribución económica de ninguna de las dos partes por el acceso y publicación de los cables. EFE