Ricardo Arjona aterrizará en Guayaquil y brindará su primer show «5to piso»
El cantante guatemalteco Ricardo Arjona, hoy aterriza en nuestro país para hacer vibrar el corazón de los ecuatorianos, en tres conciertos que se llevarán a cabo en Guayaquil, Quito y Cuenca.
Las principales ciudades de este hermoso territorio vivirán en carne propia un show único. El «Ladrón de historias» como lo conocen sus seguidores, se robará nuestras palestras para mostrar su impresionante puesta en escena, combinada con cine, performance, teatro y música.
El público ecuatoriano vivirá un verdadero derroche de fantasía. La gira «5to piso» con la que viene Ricardo Arjona, cautivará a sus seguidores y los dejará con la boca abierta, ya que como es característico del artista, se plantará un escenario acorde a sus melodías.
El escenario donde podrán admirar al intérprete de «Si el norte fuera el sur», simulará un propio edificio de cinco pisos. El Estadio Alberto Spencer de la «Perla del Pacífico», donde este mismo día, a partir de las 21h00 verán al romántico artista, se convertirá en una avenida para que «La historia de un taxi», corra por las venas de los asistentes.
La capital lo recibirá el viernes 24 con un «Coloso del Batán» repleto». En Quito las entradas para este inolvidable show se encuentran casi agotadas. Todos quieren deleitar sus oídos con un «Te conozco», «Sin daños a terceros», «El problema», «Jesús es verbo no es sustantivo», «Me enseñaste», entre otros temas.
Ricardo apagará su garganta el domingo 26 de julio en el fortín del Alejandro Serrano de Cuenca. Los azuayos lo despedirán con cantos a puro pulmón.
Ecuador preparó todo para el grande de la balada
El creador del «Santo pecado» pidió para su permanencia en nuestro «terruño» una habitación llena de agradables aromas de frutas, chocolates ecuatorianos y más. Además solicitó que el espacio este libre de humo.
Para su estancia en los camerinos de los lugares en donde se presentará, optó por deleitar su paladar con vino tinto, aguas, picaditas y licor italiano.
Un artista con una ardua y exitosa trayectoria
Edgar Ricardo Arjona Morales, nació en el Municipio de Jocotenango, del departamento de Sacatepéquez, Guatemala.
En ese lugar vivió su infancia e inició sus estudios académicos y musicales. A los 21 años, tuvo la oportunidad de grabar su primer disco, que se conocería bajo el título de «Déjame decir que te amo». Esta grabación no resultó de su agrado, lo que lo llevó a dejar el mundo de la música profesional.
Sin embargo, después de varios años volvió a retomar las melodías y lanzó un segundo disco. Su placa musical «Jesús, verbo no sustantivo». El material significó su consolidación definitiva como compositor y cantante. El éxito de las ventas que consiguió con este álbum lo convirtieron en el más vendido de la historia en algunos países de Centroamérica.
Aunque en un inicio estudió arquitectura e ingeniería, se graduó en la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
En su honor, un salón de esta institución lleva su nombre y también una calle de su ciudad natal.
Ya consagrado, decidió viajar a Buenos Aires, donde se mantuvo durante 1986, 1987 y 1988. Allí se ganaba la vida cantando temas suyos e incluso tangos en la calle Florida y en algún bar de la calle Suipacha. Todo aquello fue, como él dice, «para poder poner los pies sobre la tierra nuevamente», ya que la fama lo había elevado tanto que el compositor ya no mantenía su escencia.
En 1988, Ricardo Arjona representó a su país en el festival OTI. Diez años más tarde de aquel evento, editó el disco «Sin daños a terceros». Un trabajo que cautivó a todo el planeta.
Entre 1989 y 1991 compuso canciones que fueron interpretadas por otros artistas. De la mano del productor Marco Flores escribió algunos temas para el álbum «Energía es amor» del grupo Mexicano «Microchips». A la banda les brindó temas como: «Por eso te quiero», «A la luz de la luna» y «A la hora del recreo».
Entre los años 1992 y 1993, el artista financió un nuevo disco y regresó a ser el pionero en su género. Así, de a poco, fue progresando con infinidad de éxitos.
Ricardo Arjona siempre se destacó por cantarle a la vida y al amor sin «pelos en la lengua». Es un «tremendo» talento. Derrama ingenio.
Por Belén Pacheco.