Después de superar todo tipo de comentarios, el asambleísta Vladimir Vargas y la reina Jennifer Pazmiño se convirtieron, el sábado anterior, en marido y mujer, en una ceremonia, que parecía sacada de un cuento de hadas,
La boda civil se ofreció frente al mar, donde no solo se congregaron más de 200 personas, en las instalaciones del club Punta Centinela, sino que tuvo como testigo del gran amor, que se profesan, a una pertinaz llovizna, que casi arruina la gran velada.
Los recién casados se fueron de luna de miel por las Islas Galápagos y pasearán también por Punta Cana, en República Dominicana.