El costo político de la Consulta Popular que promueve el Ejecutivo, comienza a cobrar precios demasiado altos en la bancada de gobierno.
Con la salida de Betty Amores, una de las asambleistas más fieles a los propósitos del régimen y con la afirmación veinticuatro horas después de la dimisión de César García, se prueba la disconformidad que provoca el nuevo referendo, dentro de las filas legislativas.
Rafael Correa aseveró que la salida de estos dos asambleistas, se preveía desde hace algunos meses, señalándolos como “traidores”. Los condenó al abucheo por parte de los fieles seguidores a su misión como representante del ejecutivo dentro de nuestra nación.
Por su parte, Alberto Acosta, ex presidente de la Asamblea Constituyente, indicó que los personeros legislativos, actuaron de acuerdo a su forma de vivir la política. ”Ellos no son fieles a líderes, ellos se deben a un proyecto político, que los acredita como representantes de los ecuatorianos”. ¿En que medida alterará a la Carta Magna el nuevo referendo?