EFE.- Tres de las raquetas más reputadas del circuito, terna de aspirantes al éxito en el Melbourne Park, el suizo Roger Federer, el serbio Novak Djokovic y el checo Tomas Berdych, ejercieron una notable limpia de representantes del tenis español, a los que vetaron para los cuartos de final del Abierto de Australia en una jornada de récords.
Un día después de que los integrantes de la Armada firmaran el mejor papel en los octavos de final del primer Grand Slam de la temporada, con cinco de sus jugadores (Rafael Nadal, David Ferrer, Fernando Verdasco, Nicolás Almagro y Tommy Robredo), las bajas fueron numerosas.
Las aspiraciones españolas quedan ahora en manos de Nadal y Ferrer, que afrontan hoy sus compromisos ante el croata Marin Cilic y el canadiense de origen serbio Milos Raonic, respectivamente.
Roger Federer sumó un récord más a su excelsa colección de méritos. Logró ante Tommy Robredo su vigésima séptima clasificación seguida para los cuartos de final de un Grand Slam e igualó la marca del estadounidense Jimmy Connors.
Federer dejó un set ante Robredo (6-3, 3-6, 6-3 y 6-2), pero no vio peligrar su continuidad en la defensa del título que conquistó el pasado curso. El helvético, que enfila la conquista de su quinto Abierto de Australia y el decimoséptimo ‘major’, jugará contra su compatriota Stanislas Wawrinka, que dejó en el camino al estadounidense Andy Roddick.
Novak Djokovic y Tomas Berdych dirimirán el otro duelo de cuartos en esa parte del cuadro masculino. Los españoles no pusieron en cuestión su condición de favoritos. Nicolás Almagro apenas hizo frente al serbio, con el que cayó por 6-3, 6-4 y 6-0 resignado a su inferioridad.
Berdych se encontró con más facilidades de las previstas en el duelo contra Fernando Verdasco (6-4, 6-2 y 6-3). El madrileño resistió al principio. Pero el vendaje de sus tobillos torció sus expectativas en la competición que más ha proyectado su repercusión en un Grand Slam.
Verdasco, lastimado en el tobillo izquierdo, donde padece la rotura de un hueso, se reencontró con el dolor a causa del mal vendaje de su otra pierna, que le provocó ampollas y heridas. Y le obligó a gestos innecesarios que reavivaron una lesión que le puede llevar al quirófano. EFE