La británica Amy Winehouse, de 27 años, subió al escenario con una hora de retraso en la madrugada de este domingo en Florianópolis.
La cantante llegó a la ciudad brasileña pocos instantes antes de su primera presentación en ese país. En el escenario, una inmensa bandera de Brasil servía de fondo. Pero el descontento no tardó en llegar, la cantante lució fría y desanimada. Gran parte del publico la abucheó.