Miles de peregrinos regresaron a sus hogares tras una larga jornada de fe católica.
Ricos, pobres, afroecuatorianos, mestizos e indígenas, se unieron este fin de semana para demostrar su devoción y su inagotable amor.
Varios de ellos caminaron descalzos el largo camino desde Calderón hacia el Santuario del Quinche.
El ecuatoriano, es un hombre de fé. Ni la crisis, ni el desempleo, ni la delincuencia, pueden acabar con este sentimiento en la búsqueda de un futuro mejor.
Por ello, tres veces al año, realizan este tipo de sacrificios para pedir el favor divino.
La primera demostración de fe católica, se realiza en Semana Santa, durante la Procesión de Jesús del Gran Poder, donde los asistentes se latigan como penitencia.
El segundo sacrificio del año, se efectúa en agosto, cuando los devotos de la Virgen del Cisne, acompañan a su patrona en un largo recorrido.
Y la tercera, es la peregrinación al Santuario del Quinche, donde miles pidieron la bendición.
