Año a año el peligro en este barrio capitalino se acrecienta. Los derrumbes ya han marcado la memoria de los moradores.
Al caminar por las empinadas calles de este histórico barrio quiteño podemos notar la diversidad cultural que nos ofrece, la malla artística y artesanal que oferta, su rica gastronomía y el calor de su gente. Todo esto y mucho más lo afirma como una joya de la historia enclavada en un cerro capitalino.
Sus recuerdos son ricos y muy variados, y ya hace varias épocas ha representado mucho para la quiteñidad. Pero no todo es alegría, la gente que vive en este barrio ha expresado en varias ocasiones su preocupación ante las necesidades que tienen.
Durante años seguidos, en este mes la tragedia a visitado el lugar. Innumerables derrumbes han dejado marcada la vida de los vecinos. La retina ya ha contemplado el dolor y la pérdida.
Es que al estar asentado en una empinada colina, ha dejado a la merced del clima las casas y construcciones del sector, la lluvia ya se ha llevado muros y hasta autos.
Ante esta realidad, Alioska Guayasamín, Administradora de la Zona Centro, confirmó la construcción de una ‘geomalla’, que es un cerramiento que permite el crecimiento de vegetación y contribuye a evitar deslaves, pero los vecinos se rehusan a aceptar esta medida, pero como señala la ordenanza que regula los sitios de emergencia, si no se someten a este tipo de regulación, la única solución sera la expropiación.
Especialistas evalúan la zona
Ante la circunstancia de vida de los moradores de Guápulo, el Cabildo de Quito contrató a un grupo de especialistas que evaluaron las características de la zona, y que de manera especifica a través de conferencias, indicaron a la población los riesgos que corren al vivir en ese sector. El peligro es visible y necesitan la atención de la comunidad.