La capital empezó la jornada de hoy en medio de caos, cuando a las 7h00, alrededor de 3.000 efectivos policiales se tomaron el Regimiento Quito, la unidad más grande de la cuidad, tras la aprobación de la Ley de Servicio Público.
Se trata de un acontecimiento sin precedentes, pues es la primera vez que la Policía protagoniza una protesta de esta magnitud.
El grupo de uniformados reunidos en el patio del Regimiento, ubicado en la Mariana de Jesús y Occidental, señalaron que no van a salir a laborar a las calles, hasta que sus demandas sean atendidas.
La Ley de Servicio Público, aprobada la noche de ayer, quita varios beneficios a la Policía y a los Militares, entre ellos se elimina las condecoraciones y bonos por años de servicio.
Entre las exigencias de los uniformados, están que se derogue la normativa o que se los tome como a cualquier servidor público.
“Nosotros trabajamos las 24 horas del día, arriesgamos nuestras vidas, si nos van a quitar los beneficios, demandamos que se nos trate como a un servidor público normal que labora 8 horas y que recibe horas extras”, señaló un policía.
“Todos los compañeros estamos unidos y merecemos respeto”, mencionó otro de los miembros de la fuerza policial.
“No nos mueven y no nos moverán”, gritaban al unísono los gendarmes, mientras esperaban la llegada de los altos mandos.
Alrededor de las 10 de la mañana, llegó al destacamento el comandante general de la Policía, Freddy Martínez, quien fue abucheado por la concurrencia.
“Los derechos no se van a perder”, fue lo único que alcanzó a decir Martínez, antes de que los bajos mandos interrumpan su intervención con silbidos y gritos.
El alto mando, intentó subir a un vehículo para salir del cuartel, pero en ese momento lanzaron gas lacrimógeno y el General tuvo que refugiarse en las oficinas.
En ese instante se despertó el caos, los efectivos comenzaron a quemar llantas y se inició una lluvia de piedras en contra de los vehículos oficiales,
Los ánimos se caldearon a un más con la presencia del Primer Mandatario.
