Un Juzgado de Pichincha determinó ayer que el equipo de fútbol femenino, Guipúzcoa, sufrió discriminación al ser expulsado de un campeonato de barrio, después de que dos de sus jugadoras se dieran un beso tras marcar un gol.
Con esa decisión, el Juzgado Cuarto de Garantías Penales de Pichincha dejó sin efecto la sanción impuesta por la Liga Parroquial La Floresta de apartar de la competición al club femenino cultural y deportivo Guipúzcoa.
Sin embargo, el Juzgado no detalló cuáles serán los mecanismos de protección en el caso de que las jugadoras vuelvan a participar en la Liga, por lo que las jóvenes temen que puedan ser sometidas a insultos y humillaciones.
“El Juzgado ha dicho que acepta el amparo de protección, pero no se ha pronunciado sobre cómo será y si regresamos en qué condiciones será”, dijo la directora del Guipúzcoa, Karen Barba.
El equipo de fútbol, en el que la mayoría de las integrantes son lesbianas, fue expulsado el 22 de julio del 2009 de la Liga La Floresta, después de que dos jugadoras celebrasen un gol con un apasionado beso.
Además, las chicas denunciaron que a lo largo de toda la competición fueron sometidas a humillaciones e insultos por parte del público de otros equipos, así como de los directivos de la competición, por su condición sexual.
Por su parte, el abogado del campeonato del barrio La Floresta, Félix Zambrano, declaró a Efe que ya ha apelado contra la sentencia.
El letrado argumenta que las jugadoras no fueron expulsadas por ser lesbianas, sino por “realizar actos que van en contra de la moral y las buenas costumbres, como acariciarse las partes íntimas delante de niños, jóvenes y adultos”.
En cambio, el Juzgado Cuarto falló a favor del equipo porque la Liga La Floresta, liderada por Juan Alberto Torres, no tuvo en consideración los preceptos constitucionales, cuyo artículo 11 destaca que nadie podrá ser discriminado por razones de sexo u orientación sexual. EFE