Vie. Nov 22nd, 2024

Liga  de Quito revalidó ayer su título de campeón de la Recopa Sudamericana de fútbol al igualar a cero en la vuelta de la final ante el Estudiantes argentino, tras lograr una victoria en casa.

El equipo que dirige el argentino Edgardo Bauza apagó todos los fuegos estudiantes, le sometió a una enorme trabazón y completa una etapa brillante, la más destacada internacionalmente de un equipo de su país.

La formación quiteña, que alineó a cinco centrocampistas para cortar la comunicación entre los argentinos Verón y Braña, según lo anunciado por el entrenador Bauza antes del partido, complicó, ciertamente, el control local del balón desde los primeros minutos.

Fue así como el LDUQ tuvo la primera ocasión de abrir el marcador a los siete minutos, cuando Hernán Barcos lanzó un centro desde la derecha que Carlos Luna cabeceó apenas desviado sin marcajes en el área, dando un aviso preocupante a los argentinos.

El Estudiantes supo de entrada que el asunto estaba difícil y que levantar la derrota sufrida en la capital ecuatoriana (2-1) en la ida implicaría un esfuerzo extra, mucha concentración y viento a favor, y que un error podría costar caro.

Sobre los 25 minutos el LDUQ tomó aire tras un sostenido ritmo de juego, retrocedió un poco y el Estudiantes se acercó con mayor frecuencia al meta José Cevallos, rodeado de cancerberos implacables en los marcajes, encabezados por Guagua y Norberto Araujo, que mantuvieron alejadas de su área a las visitas molestas.

La escasa gravitación de Verón multiplicó los esfuerzos de Enzo Pérez por empujar a los locales ofensivamente, lo cual parecía imposible hasta que Cevallos cometió un error reglamentario al recoger con la no un balón que debió rechazar con el pie y provocó la mayor acción de riesgo para su meta, con un tiro libre para los locales que no prosperó.

El estudiantil Patricio Fernández cabeceó desviado desde una posición inmejorable a la salida de un tiro libre a los 44, cuando la búsqueda de la apertura del marcador se intensificaba y la precisión disminuía.

Transcurrida la primera mitad del partido el Estudiantes no había logrado sorprender nunca a su rival, y los recursos de aproximación a la meta de éste fueron generalmente las jugadas a balón parado.

En la mejor jugada colectiva hasta ese momento, el punta local Leandro González remató al larguero a los 47 minutos, tras una cesión de Leandro Benítez, y la sensación de gol parecía entibiarse cerca de la portería ecuatoriana.

El conjunto bonaerense redobló la apuesta al responder con presión a la presión a la que había sido sometido y más de 20.000 hinchas apoyaron con un estridente aliento la actitud de los dirigidos por Alejandro Sabella. El Liga volvió a retroceder y a situarse en posición de contraataque.

Verón y el juvenil Auzqui exigieron al meta Cevallos entre los 60 y 65 minutos, pero una acción individual de Barcos, a los 74, puso en serio riesgo a la defensa del Estudiantes, lanzado totalmente al ataque.

Pero no pudo el conjunto de Sabella. El Liga de Quito supo cómo hacer para alzarse con un nuevo título que le convierte en un conjunto laureado como pocos en el extremo norte de Sudamérica. EFE

Por ccarrera