La ‘Fundación Cecilia Rivadeneira’, nació hace cinco años, con el fin de producir una sonrisa en los niños de las sala de oncología y traumatismo de los hospitales Eugenio Espejo y Baca Ortiz.
Su creación fue una iniciativa de Wilson Merino, hijo de Cecilia Rivadeneira, quien gracias a la ‘terapia de la risa’, logró vivir 10 años con un fuerte cáncer.
En la actualidad, 120 jóvenes participan en esta organización, cuya actividad ha sembrado diversas enseñanzas en cada uno de ellos.
“Es algo super duro, porque los niños están adoloridos y los padres están deprimidos, pero cuando se logra sacarles una sonrisa, se siente que la vida tiene sentido”, cuenta Gabriela Logroño, colaboradora de la fundación.
Los miembros de esta organización, extienden una invitación a los jóvenes de la capital, para que se integren a sus filas. Los requisitos para ingresar son: ser mayor de edad, ser constante y tener ganas de ayudar.
Entre los objetivos de esta fundación, está extenderse a otros lugares del país, pues hay mucha gente que necesita sonreir.
Por el momento, este grupo de jóvenes, requiere la colaboración de la ciudadanía, con la donación de cuentos, juguetes u otros materiales para entretener a los menores.