EFE.- El mercado de fichajes italiano se cerró hoy con el traspaso del delantero brasileño Robinho al Milan, una operación que confirma el desafío «rossonero» al actual campeón de Liga, el Inter de Milán, y que se suma al fichaje estrella del verano, el de Zlatan Ibrahimovic.
El regreso del sueco a Italia ha sido el gran golpe del mercado veraniego y el movimiento que el Milan necesitaba para recuperar la confianza de sus seguidores, que han respondido al ya denominado «efecto Ibra» al dispararse la compra de camisetas y de abonos para la nueva temporada.
Un fichaje que además ha comportado más beneficio que coste para el club, puesto que el delantero llega del Barcelona a la entidad milanesa cedido por un año y con el compromiso de que el Milan desembolse 24 millones de euros la próxima temporada para su adquisición a título definitivo.
A la llegada de Ibrahimovic al Milan se suma la del brasileño Robinho, que se hizo oficial a sólo una hora del cierre del mercado estival y con la que el club ‘rossonero’ pasa a tener una de las delanteras más potentes de Europa, con la presencia, además, de Ronaldinho y Pato.
Estos traspasos incrementan, asimismo, el interés de cara a próximos cruces en Liga de Campeones, como el ya definido en la primera ronda entre los ‘rossoneri’ y el Real Madrid, donde Robinho jugó durante tres temporadas.
Como contrapartida, las filas del club milanés se quedan sin Marco Borriello, que se marcha cedido al Roma por cuatro temporadas, y sin el holandés Jan Klaas Huntelaar, que se encontrará con su ex compañero Raúl González en el Schalke 04.
Las grandes operaciones de mercado del Milan contrastan con la ‘quietud’ de un Inter que ha apostado por la continuidad y que ha estado marcado por las marchas del «enfant terrible» del ‘calcio’ Mario Balotelli, al Manchester City inglés, y sobre todo por el adiós de uno de los artífices de los grandes éxitos de la pasada campaña, José Mourinho.
El portugués, ahora en el Real Madrid, ha dejado el listón muy alto en el banquillo interista, donde el español Rafa Benítez tendrá que enfrentarse al desafío de mantener la estela de una temporada llena de títulos.
El Juventus, considerado históricamente uno de los tres grandes del «calcio» junto a Inter y Milan, ha protagonizado por su parte un cambio radical en su plantilla con el que pretende superar los malos resultados de la pasada temporada, en la que quedó séptimo de la clasificación italiana.
Fabio Quagliarella, traspasado desde el Nápoles, el serbio Miloz Krasic, procedente del CSKA de Moscú, Alberto Aquilani, del Liverpool, y el uruguayo Jorge Martínez, del Catania, se suman a la llegada de un nuevo técnico, Luigi del Neri, para intentar estar a la altura este año.
Entre los descartes del equipo turinés figuran el franco-argentino David Trezeguet, que después de 10 años en el Juventus se marcha cedido al Hércules español por dos temporadas, el argentino nacionalizado italiano Mauro Camoranesi o el ex madridista Fabio Cannavaro.
Por otro lado, el Roma intentará mantener el nivel demostrado este año y luchar por el título de Liga tras disputarse con el Juventus a Borriello y fichar a los argentinos Nicolás y Guillermo Burdisso, el brasileño Fabio Simplicio, y Adriano, lo que supone la ansiada vuelta del ‘Imperatore’ al fútbol italiano.
El Lazio ha concentrado sus movimientos en la adquisición, entre otros, del brasileño Hernanes, procedente San Paolo, del uruguayo Álvaro González, del Nacional Montevideo, y del español Javier Garrido, llegado desde el Manchester City, mientras en el mercado interno se ha hecho con los servicios de Emilson, que la pasada temporada militó en el Siena.
El Nápoles, que este año competirá en la Liga Europa, ha adquirido al argentino José Ernesto Sosa, el uruguayo Edison Cavani, y el brasileño Inacio Pià, mientras el Génova ha apostado por sus compatriotas Rafinha y Diego Angelo De Oliveira, el español Chico y el italiano Luca Toni, un año después de su regreso al fútbol italiano desde la Bundesliga. EFE