Madonna tuvo problemas con la oficina de orden público de Londres: después de que se celebrara una ruidosa fiesta en su casa de la capital inglesa, la cantante de 51 años fue advertida por última vez acerca de hacer ruidos molestos, informaron hoy las autoridades.
En caso de que vuelva a poner la música demasiado fuerte, deberá pagar una multa de 5.000 libras (unos 5.850 euros/7.580 dólares), según informó la oficina.
Los empleados de Madonna causaron el enojo de los vecinos con la fiesta que realizaron un domingo por la tarde, hace tres semanas, en el exclusivo barrio de Marylebone. Los vecinos se quejaron de la música atronadora y de que cantaron en voz alta.
Cuando llegaron, los funcionarios públicos encontraron poca comprensión. A través del portero eléctrico, les informaron que la dueña de casa no se encontraba allí.