Raúl, 50 años. Nací en la ciudad de Ambato, vine a la capital para trabajar como asistente en ventas. En ese momento conocí a la mujer que más me ha marcado a lo largo de mi vida: mi jefa. Ella fue la madre que nunca tuve, fue quien descubrió en mi el amor por el trabajo y mi pasión por las ventas. Ella me ayudó a estudiar, con su apoyo y mucho sacrificio logré graduarme en ingeniería en administración de empresas. Cuando culminé mis estudios, me hizo un préstamo. Con ese dinero, emprendí el proyecto de una heladería. Los primeros años todo estuvo muy bien. Hasta que conocí al que creía el amor de mi vida, mi esposa. Con ella tuve dos hijas. La amo mucho y le entregué la contabilidad de mi negocio. Cuando ella salió de viaje, descubrí por una serie de coincidencias, que me era infiel. Pero eso no es lo peor. Analizando los papeles de la administración, descubrí que ya nada era mío, que todo se lo había cedido a su amante. No puedo creer que me haya estafado.
Mi Querido Raúl:
La ley es fiel testiga, busca la verdad y todo saldrá bien. Tu Amiga Karina