Después de 32 días de sufrimiento culminó la huelga de hambre de los protestantes del barrio Pisullí.
Ha pedido de las organizaciones de Derechos Humanos, al reconocer la condición grave de sus manifestantes. La Cruz Roja Ecuatoriana indicó que las personas presentaban graves signos de deshidratación y además que era urgente que se les suministre algún tipo de alimento para que de esta manera se eviten daños permanentes. “La lucha continúa, no bajaremos nuestras manos”, señaló un dirigente.