Quito, 30 sep (EFE).- Cientos de delegados de grupos políticos de izquierdas de una veintena de países de América Latina advirtieron de amenazas contra los procesos de cambio que vive la región, al finalizar hoy en Quito el Encuentro Latinoamericano Progresista (ELAP 2014).
La cita, que se inauguró este lunes en la capital ecuatoriana, se selló esta tarde con una gran concentración popular en la Plaza de San Francisco, en el casco colonial de la ciudad, donde se leyó una declaración final del encuentro.
El documento, llamado «Declaración de Quito», apoyó a los gobiernos progresistas de la región y rechazó la injerencia del imperialismo en los procesos de cambio que se operan en ella.
Representantes de formaciones políticas de esa tendencia de Alemania, España y Grecia, así como de la Izquierda Europea también asistieron al encuentro para «aprender» de la experiencia latinoamericana, como lo manifestó Pablo Iglesias, del partido español Podemos.
En la declaración final, el ELAP, organizada por el movimiento oficialista de Ecuador, Alianza País, convocó a todas las formaciones progresistas del continente a robustecer la integración y apoyar esfuerzos como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Alianza Bolivariana para los pueblos de América (ALBA), entre otros.
El ELAP se ha propuesto, además, «radicalizar la democracia» en los países donde ejercen gobiernos progresistas y profundizar la participación de colectivos de jóvenes y mujeres en los debates políticos.
Asimismo, alertó del «peligro inminente» de una «contraofensiva» de la derecha conservadora para intentar retomar el poder en esas naciones a través de campañas mediáticas contra los gobiernos progresistas.
«Rechazamos enérgicamente la injerencia permanente de la derecha en Venezuela», sostiene la declaración en un franco apoyo al Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro.
También rechaza lo que denominó «agresión imperialista» en «cualquier parte del mundo», a través de presiones económicas o políticas.
Asimismo, en un apoyo a la presidenta argentina, Cristina Fernández, el ELAP se propuso denunciar en la comunidad latinoamericana la práctica de un grupo de acreedores de la deuda de ese país, conocidos como fondos buitre, a los que calificó de «depredadores».
En relación a Argentina, el ELAP también apoyó la posición de soberanía sobre las Islas Malvinas, en el contencioso con el Reino Unido, y repudió el bloqueo comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba, el cual calificó de «injusto y criminal».
Además, llamó a los países latinoamericanos a buscar estrategias comunes para enfrentar el «cyber espionaje» y la «biopiratería», así como proteger la propiedad de los recursos naturales y genéticos de Latinoamérica.
El ELAP llamó también a consolidar los organismos financieros multilaterales regionales, como una forma de enfrentar al capital especulativo y a las presiones de las naciones y corporaciones poderosas.
Asimismo, decidió promover la ratificación del «Protocolo de Kioto» como mecanismo para frenar el cambio climático y en el mismo ámbito apoyó a Ecuador en su campaña «La mano sucia de Chevron», la petrolera estadounidense renuente a pagar una indemnización por los daños ambientales imputados en la Amazonía de este país.
Las formaciones de izquierda también remarcaron su decidido apoyo a la paz en Colombia y a los diálogos del Gobierno con los grupos guerrilleros para cerrar lo que denominó «una herida abierta en Nuestra América».
Rechazó el régimen colonialista en Puerto Rico y defendió que ese estado asociado a Estados Unidos recupere la condición de nación latinoamericana y caribeña.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, que el lunes inauguró el encuentro, clausuró la cita con un fogoso discurso en el que alertó a sus colegas progresistas de la región sobre la «restauración conservadora».
En el ELAP participaron representantes de movimientos y partidos de izquierdas de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, El Salvador, Ecuador, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. EFE