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Naciones Unidas, 27 sep (EFE).- La amenaza del terrorismo impulsado por grupos radicales islámicos dominó de nuevo hoy las sesiones de alto nivel de la Asamblea General de la ONU, con llamamientos a unir esfuerzos y atacar de raíz ese problema.

En una de las intervenciones más importantes de la cuarta jornada de los debates, el primer ministro de India, Narendra Modi, reclamó hoy una Convención Internacional contra el terrorismo internacional liderada por la ONU.

«Ningún país está libre de esta amenaza», afirmó Modi en su primera comparecencia ante el principal foro político mundial. «Hoy el mundo entero es testigo de cómo el terrorismo se va difundiendo por todas partes», agregó.

Denunció que «algunos países conceden refugio a estos grupos, como si hubiera terrorismo bueno y malo», y enfatizó que su nación, que ha vivido muchos actos de esa naturaleza, «sabe que ese combate solo será eficaz a través de la concertación internacional».

El mundo atraviesa «un alto nivel de tensión y grandes sacudidas a una escala que pocas veces se ha visto en la historia», alertó Modi, que se sumó así a la visión de muchos otros dirigentes mundiales durante en esta semana de debates en Naciones Unidas.

El tema también fue abordado por Rusia, que estuvo representado por su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov.

«La amenaza terrorista requiere un enfoque integral si queremos erradicar sus causas de raíz en lugar de estar condenados a reaccionar a los síntomas», afirmó el alto funcionario ruso. El Estado Islámico (EI), añadió, «es solo una parte del problema».

El jefe de la diplomacia rusa propuso lanzar, «bajo los auspicios del Consejo de Seguridad de la ONU, un estudio en profundidad sobre las amenazas terroristas y extremistas en todos sus aspectos a lo ancho del área de Oriente Medio y el Norte de África».

«El enfoque integrado implica también que los conflictos antiguos deben examinarse, principalmente entre los árabes e Israel», indicó.

Desde un plano local, el presidente de la Cámara de Diputados de Libia, Aqila Saleh, describió cómo su país está sufriendo en carne propia el avance de las organizaciones extremistas vinculadas a Al Qaeda que se han infiltrado entre los grupos armados libios.

«Desde esta tribuna, digo que hacer la vista gorda al terrorismo en Libia es inaceptable», afirmó Saleh.

«Nuestro país -añadió- no puede tolerar más los asesinatos, la humillación, la intimidación, la supresión de las libertades y las violaciones a los derechos humanos por sus creencias».

Al tocarle el turno a China, su ministro de Exteriores, Wang Yi, enfatizó que su país se opone a todos los actos terroristas y apoya a la comunidad en ese combate, así como las medidas que adopte el Consejo de Seguridad con «un multienfoque».

«No debe haber doble moral y doble rasero contra el terrorismo», señaló. A la vez, defendió «concentrarse contra el extremismo religioso, la ciberdelincuencia, y su financiación».

Pero también advirtió que las «acciones coercitivas» para luchar contra este flagelo deben ser respaldadas por el Consejo de Seguridad de la ONU, porque su «legitimidad» puede ponerse en tela de juicio por la comunidad internacional.

Aparte de este tema, algunos de los participantes en las sesiones de hoy insistieron en un asunto que ha estado en muchas de las exposiciones ante este foro: la necesidad de reformar el Consejo de Seguridad de la ONU.

Hoy presentó el tema, entre otros, el ministro de Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, quien pidió que ese órgano de la ONU sea reconstituido «sobre bases de democracia, transparencia y justa representatividad de los países del Sur».

En el Consejo de Seguridad de la ONU, cuyas decisiones son vinculantes, solo figuran como miembros permanentes EE.UU., China, Francia, Rusia y Reino Unido (además, con derecho a veto), mientras que otros diez países no permanentes rotan cada dos años.

También criticó el «déficit de representatividad» que tiene el Consejo de Seguridad de la ONU el ministro argelino de Exteriores, Ramtane Lamamra, quien lamentó la «histórica injusticia» en ese sentido con el continente africano.

Su colega alemán, Frank-Walter Steinmeier, también se refirió al tema, al hablar sobre la necesidad de reformar la ONU, que «no es un producto terminado».

Debe «evolucionar para que todas sus partes, incluido el Consejo de Seguridad, reflejen el mundo de hoy», afirmó. EFE