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Huelva, 24 sep (EFE).- Leer «Platero y yo» es posible en muchos idiomas, no en vano es la obra literaria más traducida después de «El Quijote» y, a partir de ahora, también se podrá hacer en quechua, una lengua precolombina hablada en la actualidad por diez millones de personas, en Perú, Ecuador y Bolivia.

Se trata de «un hito histórico», explica a Efe, Alfonso Bilbao, el impulsor de la iniciativa que ve la luz gracias al apoyo de la Fundación Caja Rural del Sur (embajadora del Año Platero) y la Fundación Morera Vallejo, la Fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez, la Diputación de Huelva y la Universidad Internacional de Andalucía.

Todo comenzó hace cuatro años a raíz de «una ideas locas que se le ocurren a uno», recuerda Bilbao quien quería hacer algo relacionado con el mundo de la cultura y entendía que la literatura tiene «una deuda histórica con los idiomas originarios de América».

Fue entonces cuando le propuso a su amigo, el director de la Fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez, Antonio Ramírez Almansa, la posibilidad de traducir esta obra a uno de los idiomas precolombinos más extendidos, el quechua, al que hasta el momento sólo se han sido traducidos la primera parte de «El Quijote» de Miguel de Cervantes, y «El principito», de Saint Exupery.

Rápidamente, le cogió la idea y se pusieron a trabajar, pero «fracasó por determinadas circunstancias, y lo dejamos congelados hasta este año que, con motivo del centenario de la primera edición de ‘Platero y yo’, vimos una ocasión inmejorable».

Para la traducción esta lengua, procedente del antiguo imperio inca, Bilbao ha contado con la ayuda del profesor de quechua Tito Torres Fernández, una persona «muy competente» con la que lleva trabajando desde marzo «intensamente» para que la edición pueda ver la luz.

El resultado es la primera edición de la elegía andaluza de Juan Ramón Jiménez no sólo al quechua, sino bilingüe, que se hace «en el mundo», un libro de unas 320 páginas basado en la edición centenario editada por la Fundación Zenobia-Juan Ramón este año.

Como no está dirigido necesariamente a quechuahablantes la edición viene acompañada de un cedé que «permite escuchar la fonética de la lengua y seguirla con el texto», lo que brinda la posibilidad de «disfrutar de esta lengua, conocerla y aprenderla».

Además nace con un marcado carácter pedagógico y educativo, ya que se pretende que sea «un libro vehicular» para que los niños bolivianos aprendan ese idioma.

De la obra, que será presentada el próximo octubre en el marco del Otoño Cultural Iberoamericano OCIb 2014, se van a editar inicialmente 3.000 ejemplares, de los que más de la mitad se destinarán a escuelas bilingües de Bolivia.

«Atractivo y bonito», así define Bilbao el resultado de lo que hace cuatro años era una «idea loca» y que se ha convertido en «todo un hito», en una edición «histórica» que sigue contribuyendo a que esa obra de Juan Ramón Jiménez, que fue clave para la concesión del Nobel de Literatura, sea conocida por todos los rincones del planeta deleitando a pequeños y mayores. EFE