Nueva York, 1 sep (EFE).- A sólo unos pasos del famoso estadio de los Yankees en Nueva York, y desde un sótano en un edificio de El Bronx donde opera Radio El Tambo Stereo, un grupo de ecuatorianos hace esfuerzos para que el kichwa o runashimi, esa ancestral lengua, no quede en el olvido en su comunidad.
«Kichwa Hatari» es el programa de tres horas que se transmite los viernes por internet desde El Bronx, con el que Segundo Angamarca, obrero de construcción; Charlie Uruchima, estudiante de la Universidad de Nueva York, y Luis Antonio Lema, profesor y traductor en tribunales, buscan mantener vivo el kichwa, una variante del quechua hablada en Ecuador, Bolivia y Perú.
El nombre del programa «significa levantemos el kichwa, y es lo que queremos, para que no se pierda,», dijo a Efe Angamarca sobre el espacio de radio que se transmite desde el pasado 25 de julio, tal vez el único en Estados Unidos en ese idioma.
Agregó con preocupación que muchos padres no lo enseñan a sus hijos en EE.UU. y que algunos emigrantes no quieren hablar esa lengua «porque se avergüenzan».
«He hecho entrevistas para el programa y no quieren hablar kichwa porque tienen vergüenza. Les digo que no deben tenerla porque es nuestra lengua. Estamos tratando de incentivarlos para que la lengua no se pierda entre las nuevas generaciones», señaló el ecuatoriano, de 38 años.
Angamarca, del cantón El Tambo, en la provincia del Cañar en Ecuador, emigró a los 22 años a Nueva York, donde pudo continuar con su pasión por la radio. En Ecuador ya había trabajado con las ondas y en Nueva York tuvo la oportunidad de hacerlo en un programa de música tropical en internet en 2009.
Dos años más tarde estableció El Tambo Stereo, que hasta hace dos semanas transmitía desde su casa en El Bronx con «música tradicional de Ecuador, la más que escucha la población kichwa»
En el programa hay un espacio de entrevistas en español, «Terapia musical», y también trata variados temas de interés para su comunidad.
«La gente llamaba a la emisora pidiendo un programa en kichwa. Para esa época conocí a Charlie, que supo de la emisora y vino un día al estudio. Compartimos ideas y pensábamos igual, el unir a la comunidad kichwa que está en El Bronx», dijo Angamarca.
Charlie Uruchima, que nació en Nueva York de inmigrantes ecuatorianos y aprendió kichwa en la Universidad de Nueva York -que ofrece cursos desde 2008-, le presentó a Luis Antonio Lema, para quien el Kichwa es su lengua materna.
Angamarca les propuso realizar el programa, al que dice se han estado conectando unas 250 personas y al que cada viernes tienen invitados hablantes de ese idioma.
Se desconoce cuántas personas hablan kichwa en la ciudad de Nueva York. Algunos cálculos indican que en los estados de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut hay entre 6.000 y 10.000 personas que hablan ese idioma.
«Quisiéramos tener aquí al presidente» ecuatoriano, Rafael Correa, para participar en el programa, dice Angamarca, mientras se prepara para comenzar una nueva edición de «Kichwa Hitari».
Desde el 22 de agosto el programa comenzó a transmitirse desde su nueva sede, en el sótano de un edificio de apartamentos; un espacio pequeño, desde donde el grupo de ecuatorianos hace historia.
Juan Mayancela, otro kichwa-hablante y también residente del condado de El Bronx, fue invitado al programa del pasado viernes.
«Me gusta escuchar el programa. Uno llega cansado del trabajo y se alegra al escuchar el kichwa. Uno extraña el kichwa. No quiero perder mi lengua», dijo a Efe Mayancela.
Este último emigró desde El Cañar hace 14 años y se estableció en El Bronx, donde vive con su esposa y tres hijos, de 14, 11 y 8 años, a quienes enseñó la lengua, que hablan en su hogar.
«Lo hablo todos los días con mi esposa», señaló Mayancela, acompañado por su primo Antonio Aguaica, quien también mantiene su lengua materna en Nueva York.
Uruchima señaló que los kichwaparlantes están afrontando problemas en los tribunales, hospitales o escuelas por la falta de intérpretes.
Si no los entienden, se lamenta, «dicen que tienen problemas mentales o dicen que el kichwa es un variante del español, lo que no es verdad». EFE