Washington, 28 ago (EFE).- Más de un centenar de activistas a favor de una reforma migratoria justa se dejaron arrestar hoy frente a la Casa Blanca en un acto de desobediencia civil para reclamar al presidente de EE.UU., Barack Obama, un alivio para los 11 millones de indocumentados que corren el riesgo de ser deportados.
Las detenciones, cerca de 140 según los organizadores, fueron la culminación de una marcha que comenzó ante la Oficina de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) para pedir a Obama que legalice «a la mayor cantidad de inmigrantes como le sea posible».
El director ejecutivo de la organización Casa Maryland, Gustavo Torres, dijo a Efe que el presidente estadounidense «puede y debe» detener las deportaciones, que separan a familias enteras.
«Pedimos a Obama un alivio justo y necesario para las comunidades de inmigrantes en el país», subrayó Torres ante unas quinientas personas entre jóvenes, madres, niños y familias enteras.
A finales de junio, Obama dijo que tomaría acciones ejecutivas antes de que acabara el verano para arreglar lo máximo posible el sistema de inmigración, pero hoy el mandatario no se refirió a esa promesa de actuar antes del fin del periodo estival.
«Sigo creyendo que si no puedo ver acciones en el Congreso, tengo que hacer al menos lo que yo pueda para hacer que el sistema funcione mejor», indicó Obama en una conferencia de prensa en la Casa Blanca.
No obstante, dijo que algunas crisis en los últimos meses «afectan al cronograma» anunciado en junio y evitó establecer una fecha aproximada para su anuncio de acciones ejecutivas.
Los activistas prorreforma se dirigieron desde la sede del ICE a la Casa Blanca, donde protagonizaron un acto de desobediencia civil.
Los manifestantes se sentaron frente a la verja que circunda la residencia presidencial y fueron arrestados entre los aplausos de los centenares de personas que participaron en la marcha.
«Estoy dispuesta a dejarme arrestar porque ya llevo más de una década de estar por la reforma, de visitar oficinas de congresistas, de estar ayunando en carpas, de estar registrando votantes», dijo a Efe Susana Sandoval, de la organización «We Belong Together».
La activista, que viajó desde Chicago y trabaja con una red nacional de mujeres indocumentadas, afirmó que necesitan «presionar a la Administración para que cambie un sistema que ha fracasado».
Con lemas como «Sí se puede» y «Obama, escucha, estamos en la lucha», las asociaciones de activistas unieron sus voces a favor de legalizar a los más de 11 millones de indocumentados que se calcula que hay en el país, dada su gran contribución económica, enfatizó el portavoz del sindicato Trabajadores de Estadios Unidos, Larry Cohen.
Asimismo, los activistas recordaron el poder de los inmigrantes en las urnas.
«Ayunamos por la reforma migratoria, marchamos por la reforma migratoria, votamos por la reforma migratoria», recordó Rudy López, de Fast for Families, que señaló que «cada día que se pasa más familias son separadas».
Algunos activistas piden al presidente ampliar el programa para proteger a más gente de las deportaciones, como se ha hecho con el llamado de Acción Diferida (DACA) para los jóvenes estudiantes que cumplen ciertos requisitos, pero para otros eso es insuficiente y le exigen que emita una orden ejecutiva para suspenderlas totalmente.
Para Abel Núñez, director ejecutivo de Central American Resource Center (CARECEN), los centenares de personas que se congregaron frente a la Casa Blanca son «un recordatorio para él (Obama) de lo que nuestra comunidad quiere. Y queremos asegurar que cumple la promesa que nos ha dado de que va a mejorar la vida de los inmigrantes».
«Es nuestra capacidad política de forzarle a tomar esta acción porque somos votantes, somos ciudadanos, por lo tanto como ciudadanos le estamos pidiendo que lo haga», subrayó.
Con más de 52 eventos celebrados durante agosto en todo el país, este acto de desobediencia civil en la capital estadounidense culmina las movilizaciones para presentar estas demandas y ejercer influencia ante el esperado anuncio de medidas ejecutivas por parte de Obama, previsto para el final del verano.
Estas manifestaciones «han ido escalando en poder. Ahora son muchas organizaciones y personas de todo el país las que están apoyando este movimiento, que es nacional», dijo a Efe Alma Couverthine, de Casa Maryland.
«La causa de los inmigrantes es la nueva lucha de los derechos civiles en Estados Unidos», aseguró Couverthine, quien agregó que esperan que por fin se apruebe una reforma migratoria.
Ante la falta de una reforma migratoria en el Congreso, bloqueada en la Cámara de Representantes, los inmigrantes tienen sus esperanzas puestas en el «limitado» margen de maniobra de las acciones ejecutivas prometidas por Obama. EFE