El alemán John Degenkolb (Giant Shimano) se alzó con la victoria al sprint en la cuarta etapa de la Vuelta disputada entre Mairena del Alcor y Córdoba, de 164 kilómetros, en la que el australiano Michael Matthews (Orica) mantuvo el jersey rojo de líder.
Victoria incontestable del ciclista alemán, de 25 años, que se adelantó al español Vicente Reynes (Iam) y al líder, quien además logró 4 segundos de bonificación.
Degenkolb, una de las joyas del ciclismo alemán, casi tan rápido como su compañero y compatriota Marcel Kittel, alcanzó en Córdoba su sexta victoria en la Vuelta. Su despegue se produjo hace un año con 5 triunfos en la ronda española.
En la general, Matthews aventaja en 8 segundos a Nairo Quintana y en 15 a Alejandro Valverde. Un día más con la «Roja», bien defendida por su equipo hasta la línea de meta.
Cuatro corredores desafiaron los 35 grados de temperatura de salida, el escapista habitual Javier Aramendía, navarro del Caja Rural, el estonio Joeaar y los franceses Turgot y Engoulvent.
Tras alcanzar una ventaja máxima de 5 minutos el pelotón, con el Orica del líder al frente, imprimió un ritmo de caza que anuló la aventura en el Alto de San Jerónimo, a 54 de meta.
En esa cuesta, atacó Amets Txurruka (Caja Rural), quien se llevó consigo a Engoulvent, aún con ganas de seguir intentando la hazaña, pero en la proximidad al Alto del Catorce por Ciento fueron absorbidos por el grupo.
El Movistar de Valverde y Quintana marcó el ritmo en la subida y dividió en dos el pelotón, pero no fue hasta el descenso cuando movió ficha la escuadra española con el ataque en el descenso del murciano, quien se unió a tres hombres que iban por delante: Anacona, Yates y Sicard.
Con uno de los «gallos» por delante hubo acuerdo para la persecución. El Katusha de «Purito», el Sky de Froome y el Tinkoff de Contador no estaban dispuestos a permitir perder tiempo respecto a Valverde, quien a 20 kilómetros de meta contaba con 20 segundos de renta.
«Sabía que no iba a ninguna parte», dijo Valverde, alcanzado a 7 de meta. El pelotón agrupado entró en Córdoba como una bala, cosa buena para los velocistas, que fueron tomando posiciones para buscar la victoria.
En la recta no hubo color. Cuando arrancó, Degenkolb despegó como un avión y alzó los brazos para dar a su equipo la primera victoria en la presente edición. EFE