México, 25 ago (EFE).- Unos 4.000 barriles de crudo (unos 636.000 litros) se derramaron en la cuenca del río San Juan, en el norteño estado mexicano de Nuevo León, a causa de la fuga en una toma clandestina de un ducto de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), informó hoy una fuente oficial.
El secretario (ministro) de Medio Ambiente de México, Juan José Guerra, indicó a la prensa que esa cantidad de petróleo derramado el pasado 16 de agosto es una estimación, pues «la cifra exacta» se sabrá «cuando hayan terminado las obras de la recolección y saneamiento».
Durante un recorrido de supervisión en la zona afectada, el funcionario explicó que el 60 % del hidrocarburo derramado fue recolectado.
«Hoy Pemex sin duda es el agraviado por esta toma clandestina, ya se presentaron las demandas correspondientes», dijo Guerra, quien aclaró que la compañía estatal tiene la responsabilidad de garantizar «la limpieza del río para poder mitigar las consecuencias ambientales que se podrían estar generando».
Asimismo, indicó que se implementó un importante operativo de saneamiento ya que existe la preocupación de que el agua contaminada llegue a la presa El Cuchillo, principal fuente de abasto de agua potable para el área metropolitana de Monterrey, capital de Nuevo León.
El derrame de crudo ocurrió el 16 de agosto a causa de una toma clandestina en el kilómetro 463,5 del oleoducto Madero-Cadereyta.
Por su parte el gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, dijo que hasta este momento no se tiene reportada contaminación en los mantos freáticos y agregó que se realizan las pruebas en los pozos para asegurarse de que el agua esté en buenas condiciones.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) informó de que ya ha iniciado una investigación por las presuntas violaciones a los derechos humanos en relación con el derrame.
El ombudsman nacional, Raúl Plascencia, ordenó el traslado de visitadores del organismo al área con el fin de recabar información y atender de inmediato las quejas de las personas afectadas. EFE