Madrid, 24 ago (EFE).- El presidente de Uruguay, José Mujica, critica que la comunidad internacional sea tolerante con la política que lleva a cabo China, pero no con la situación en Cuba o Venezuela, simplemente porque el país asiático es una potencia económica importante.
En una entrevista que hoy publica el diario español «El Mundo», Mujica se muestra satisfecho de su gestión como presidente, a dos meses para los comicios a la Jefatura del Estado, en las que no puede optar a la reelección.
Sobre asuntos de política internacional, afirma que Venezuela «es un país riquísimo y esa es su mayor condena» y que necesita «reencontrarse como sociedad», pero que la comunidad internacional no tiene derecho a meterse en las cosas del país.
«Siempre me preguntan: ¿qué piensa de Venezuela y Cuba? ¿pero por qué no me preguntan sobre China? No lo hacen porque es una potencia económica muy importante. Hay una tolerancia bárbara con China, pero no con Venezuela y Cuba. ¿Por qué no me preguntan sobre esos señores de Arabia con toga y brillantes? Que Dios me libre si a eso se le puede llamar democracia…» añade.
Respecto al conflicto palestino-israelí, aboga por la presencia de «cascos azules» de la ONU en la frontera de Gaza, aunque apunta que Israel no lo querría porque lo consideraría «un atentado a su soberanía».
«Esa espiral de unos tirando cohetes y otros bombas no crea más que odio. Estados Unidos podría ahí ser un poco más imperialista, meter a los rubios (soldados) entre medias y mandar parar. Ese sería un imperialismo bueno», asegura Mujica.
Por eso, en un mundo en el que abundan los conflictos, «loco y sin reglas de juego» él no aspiraría nunca a recibir el Premio Nobel de la Paz.
Mujica se niega a hacer balance, porque la gestión de gobierno «no es una mercancía», pero subraya que en los últimos nueve años (los de presidentes del progresista Frente Amplio) ha bajado la pobreza del 38 al 11 %, y la riqueza no sólo ha aumentado sino que ha habido una redistribución.
Entre los elementos mejorables está la educación pública, aunque advierte de que había «bastante retraso» porque los profesores estaban «muertos de hambre» y se ven obligados a tener varios trabajos por estar mal pagados.
«Tal vez lo que aumentamos no haya sido suficiente. Pretender tener una mejor educación sin desarrollo económico es imposible», afirma el mandatario uruguayo, quien cuando deje la Presidencia seguirá siendo «un militante social y político» y «a hacer docencia en mi barrio en el oficio de la tierra». EFE