San Juan, 19 ago (EFE).- El cantante boricua Ricky Martin visitará la semana próxima su isla natal para encabezar la ceremonia de apertura del centro educativo que su fundación ha promovido en Puerto Rico para atender a niños y jóvenes en riesgo de deserción escolar.
Así lo confirmó hoy la Fundación Ricky Martin, encargada de la construcción del Centro Tau de Loíza, una localidad cercana al área metropolitana de San Juan, en la costa norte de la isla.
El centro estará específicamente dirigido a niños y jóvenes que en el pasado dejaron de ir a la escuela, que no están bajo la tutela de sus familias o que se encuentran en cualquier otra situación de riesgo de abandono escolar o de explotación infantil.
En Puerto Rico ese riesgo es particularmente elevado, en parte debido al uso que se hace de menores en el mundo que gira en torno al abundante tráfico y venta de drogas en la isla.
«Nadie debe ser explotado y privado de su libertad. Creemos que cada niño tiene derecho a ser un niño», asegura el propio cantante en unas declaraciones recordadas por la organización en la convocatoria de la ceremonia de apertura que tendrá lugar el próximo lunes, 25 de agosto.
La Fundación Ricky Martin añade en la convocatoria que, «como organización benéfica, hemos descubierto que no estamos solos en esta lucha».
Por ello, contará en la presentación con otras organizaciones locales con las que se ha aliado para llevar a cabo esta iniciativa de «transformar mediante una educación holística el futuro de nuestra niñez y juventud».
En abril de 2013 el artista puertorriqueño también visitó la zona para asistir al inicio de la construcción del centro acompañado de Justo Méndez y Ana Yris Guzmán, fundadores de Nuestra Escuela, una organización aliada a este proyecto.
La idea es que en el Centro Tau se impartan clases sobre derechos humanos, bellas artes, matemáticas, servicios de salud pública, recreación y servicio comunitario, entre otros.
Martin comenzó su lucha contra la lacra de la explotación infantil tras un viaje que en 2002 le llevó a la India, donde pudo comprobar de primera mano la dimensión del tráfico de menores en ese país asiático.