La alfombra roja del Met Gala había sido un acierto para Rihanna, ya que lució un modelo blanco de dos piezas de Stella McCartney, en el que se podía notar su bien torneada figura: Classy y sexy, la combinación perfecta. La cantante de barbados no decepcionó en uno de los eventos más importates de Nueva York.
Sin embargo, llegó el momento del after party en el club nocturno Up & Down y ahí las cosas cambiaron. Rihanna portó un vestido metálico, slinky en la espalda y fue justo ese efecto el que hizo que todo mundo volteara a ver los atributos de la intérprete de «Diamonds».
Nada nuevo para la originaria de Barbados, quien está acostumbrada a mostrar el cuerpo hasta en sus redes sociales, motivo por el cual ya le ha costado que Instagram censure alguna des sus fotos. Rihanna acaparó las cámaras, accionó los flashes y paralizó el corazón de los ahí presentes.
La traviesa Rihanna de la red carpet
Aunque el estilo de Riri fue acertado en la Met Gala, su comportamiento fue más bien travieso y juguetón; y encontró la mancuerna perfecta con Cara Delevingne con quien lleva una amistad muy estrecha desde hace tiempo.
El reencuentro en la alfombra roja se prestó para que ambas estuvieran de lo más platicadoras y por qué no, haciéndose bromas pesadas como el de pellizcarse el derrière.
Fuente: Quién