El Gobierno de Ecuador pidió a la embajada de EE.UU. en Quito la retirada del llamado «grupo militar» con el fin de «transparentar la relación bilateral en materia de seguridad, que debe regirse por el respeto mutuo», indicó hoy un comunicado la Cancillería.
La embajada estadounidense en Quito confirmó el viernes el cierre de la oficina militar y expresó su respeto a la «decisión soberana del Gobierno», si bien lamentó que ello supondrá una importante limitación en la relación bilateral en el campo de la seguridad.
La medida, solicitada formalmente el 7 de abril, según la embajada, implicará la salida de una veintena de militares, dijo la pasada semana a Efe su agregado de prensa, Jeffrey Weinshenker.
El portavoz recordó la «estrecha cooperación militar» que, durante «cuatro décadas», ha producido avances en la lucha contra el narcotráfico, el tráfico de seres humanos, el terrorismo y otros delitos trasnacionales.
Sobre los motivos del cese de actividades de esta oficina, el portavoz no ofreció detalles. «Tendrá que preguntar eso al Gobierno», dijo, y reiteró la «muy buena cooperación en temas de seguridad en estas cuatro décadas».
Tras explicar que en la actualidad se están trasladando los recursos de esa oficina a otros países, subrayó que existe «mucho más en común que diferencias» y que «el Gobierno de Estados Unidos continúa comprometido en su asociación con el Gobierno ecuatoriano en temas de interés mutuo».
El Gobierno de Ecuador denunció en enero de este año la presencia de unos 50 militares estadounidenses en el llamado «Grupo militar» de la embajada en Quito y dijo que no permitiría tal cantidad.
El presidente del país, Rafael Correa, preguntado por este asunto durante una entrevista con Efe en Madrid, dijo, también el viernes, que esta cifra era escandalosa.
«Pero vamos a hacer respetar la soberanía del país y no aceptamos neocolonialismo», aseveró.
La medida se suma a la congelación de la cooperación oficial al desarrollo de EE.UU. a Ecuador, que se hizo pública en diciembre del año pasado.
Según la Cancillería, la decisión «fue producto de un detallado análisis» sobre la presencia de miembros del grupo militar que se inició en enero y que fue comunicado con antelación a la embajada en Quito y al Departamento de Estado en Washington.
El viceministro de Relaciones Exteriores Leonardo Arízaga trató el asunto con el subsecretario estadounidense Alex Lee durante una reunión celebrada en la capital ecuatoriana el 28 de marzo.
El grupo militar se estableció en 1974 como representación permanente en el Ecuador del Comando Sur del Departamento de Defensa de Estados Unidos, según la nota, que agrega que las agregadurías de Defensa respectivas seguirán funcionando con normalidad en ambos países.
Las relaciones entre EE.UU. y Ecuador pasan por «fricciones», según reconoció el presidente Correa en su entrevista con Efe de la pasada semana, en la que negó que exista antiamericanismo por parte del Gobierno, pero aseguró que éste siempre denunciará cualquier política perjudicial hacia Ecuador y contraria al derecho internacional, algo que, «lamentablemente», dijo, «sucede en el caso de EE.UU.».
Recordó que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) «financiada por Washington, tiene sede en Washington, pero no han ratificado la convención sobre la que se sustenta la Comisión. Es decir, pagan para controlar a los latinoamericanos. Eso sólo tiene un nombre: neocolonialismo. Y en el siglo XXI no puede ser tolerado», apostilló.
«Seguiremos denunciando esas inconsistencias y dobles estándares, más aún cuando tratan de impedir los cambios en Ecuador y desprestigiar al país», afirmó.
Fuente: EFE