LAS EXIGENCIAS DE DUNGA
El combinado de Brasil estrenará mañana el Hotel Fairway, recién finalizado y perfectamente acondicionado a los gustos de la ‘Canarinha’ que, entre otras cosas, ha exigido imponentes medidas de seguridad y que se cubriese la piscina, cuyas aguas han de mantenerse a 32 grados centígrados.
“Han sido muy especiales en cuanto a la seguridad, o más bien en cuanto a la privacidad. Están muy preocupados por la prensa, son el equipo número uno del mundo y les sigue un gran contingente de periodistas. También les preocupan los hinchas, aunque no tanto”, dijo a Leon Bosch, director de mercadotecnia y operaciones del hotel.
Casi en el centro de Johannesburgo, el hotel de Brasil destaca por su campo de golf. No será fácil “espiar” a los internacionales de Dunga, pues para evitarlo se han levantado rejas extras.
“Les interesa que los jugadores puedan pasearse por el hotel sin que nadie los fotografíe o los filme en una posición o lugar inapropiados o con ropa inadecuada”, aseguró Bosch.
Otra de las solicitudes de los ‘auriverdes’ es que el hotel se encargue de prepararles el almuerzo para ir a entrenar, que incluirá galletas y café caliente; el chocolate está terminantemente prohibido.
El personal del hotel vestirá permanentemente la camiseta de Brasil y ha recibido un cursillo básico de portugués, lo que no implica que puedan tomarse confianzas con los jugadores, y ya han sido advertidos de que les pueden saludar, pero en ningún caso agobiar.
Con 72 habitaciones y dos suites, el hotel de Brasil cuesta unos 150 euros la noche y pese a contar con ‘chefs’ de primer nivel, éstos estarán a expensas de las órdenes de los dos cocineros que viajan con los pentacampeones del mundo.
¡AZTECAS!
La selección mexicana que dirige Javier Aguirre dispondrá en su hotel de concentración durante el Mundial, de una sala de ocio perfectamente equipada para, entre otras cosas, jugar billar o a la consola.
Esa ha sido una de las exigencias del cuerpo técnico azteca, que ha escogido un recoleto y aislado hotel, regentado por una familia judía, situado a cincuenta kilómetros de Johannesburgo y muy próximo a la reserva natural de Klipriversberg, que ofrece unos espectaculares paisajes.
“Aparte de las peticiones normales como un menú establecido, un desayuno muy básico con frutas frescas, nos pidieron una sala especial para juntarse y jugar billar, Playstation…”, dijo el propietario del hotel, Reubeen Louw.
Sin embargo, según Louw, una de las mayores virtudes de su establecimiento es la seguridad, motivo por el que ha sido incluido por la FIFA en su lista de recomendaciones y escogido por México.
El personal del hotel, que cuenta con 52 habitaciones, tratará de que los jugadotes se sientan como en casa, por eso están tomando clases de español con una profesora cubana.
México no ha sido una selección especialmente quisquillosa con la comida, y aunque viajarán con las especias que distinguen a su gastronomía, no lo harán con cocinero y confiarán en el “chef” internacional del que dispone el hotel.
Los jugadores de Aguirre, que estarán a cuatro kilómetros de su lugar de entrenamiento, dispondrán de una capilla si lo desean, además del ‘Spa’ que utiliza el hotel como un rélax. EFE