El camarógrafo que fue testigo de la muerte de Steve Irwin en 2006, habla por primera vez de cómo fue la tragedia que acabó con la vida del experto por un ataque de mantarraya.
Justin Lyons, camarógrafo y compañero del «Cazador de Cocodrilos» contó a un programa de televisión australiano su versión sobre el ataque letal que sufrió Steve Irwin hace ocho años.«Le decíamos cosas como: ‘piensa en tus hijos, Steve, aguanta, aguanta'», contó. «Él me miró con un dejo de calma y me dijo: ‘Me estoy muriendo’, y eso fue lo último», continuó.
La también estrella de «Animal Planet» murió a los 44 años por un intempestivo ataque de mantarraya mientras filmaba un documental sobre las costas marítimas en Australia.
El camarógrafo aseguró ser la mano derecha de Steve durante mucho tiempo, sin imaginar que un día sería testigo de su muerte. Lyons compartió que era un día normal en el que después de percibir la presencia de una mantarraya de aproximadamente dos metros decidieron saltar al agua para filmarla. Una vez dentro del agua, la especie habría atacado a su amigo.
«De repente se puso frente a él y comenzó a apuñalarlo salvajemente con su cola; cientos de golpes en pocos segundos», relató. «Probablemente pensó que la sombra de Steve era un tiburón tigre, animal del que se alimentan regularmente», agregó. «Hice una toma de la mantarraya alejándose, ni siquiera sabía que le había hecho daño. Fue hasta que regresé la toma y vi a Steve rodeado de sangre, que me di cuenta que algo había salido mal», declaró.
Lyons fue quien sacó a Irwin del agua e inmediatamente intentó resucitarlo con primeros auxilios. De acuerdo con el portal, el camarógrafo describió lo espeluznantes que eran las heridas de su compañero, y es que el aguijón venenoso de la mantarraya dio directo en su pecho, por lo que sus probabilidades de supervivencia fueron nulas.
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Asimismo, describió que no pudo sacar el aguijón y Steve ni siquiera lo intentó. «Es una púa afilada y dentada que pasó por su pecho como un cuchillo caliente en mantequilla. Él pensó que le había perforado un pulmón», dijo. «Tenía una herida de dos pulgadas de ancho sobre su corazón, de la cual salía sangre y veneno», concluyó.
Eventualmente el video completo de la trágica muerte quedó registrado en la cámara de Lyons, no obstante, la esposa de Steve Irwin aseguró que toda evidencia había sido destruida.
Ante las delcaraciones de Justin Lyons sobre los últimos momentos de vida del australiano, su padre, Bob Irwin se mostró triste y muy molesto por revivir las heridas del pasado. Incluso se dijo que el camarógrafo le ofreció mostrarle las imágenes que había captado, pero él se negó.
Fuente: Quién